Así lo denunció el Director Ejecutivo de Guyra Paraguay (organización sin fines de lucro que trabaja para la defensa y protección de la diversidad biológica) Alberto Yanoski. La problemática es igual de acuciante en el chaco argentino y las zonas boscosas vírgenes de Bolivia.
Según informó el ambientalista la expansión en el chaco es netamente ganadera y la zona de Agua Dulce en Alto Paraguay, distrito de bahía negra, es donde se concentra la mayor desforestación.
En dicho territorio se observa el reemplazo de la soja sobre la ganadería en un periodo que va de los 5 años siendo el potencial sojero 1.500.000 hectáreas aproximadamente.
En ese sentido, criticó la falta de políticas conservadoras por parte del Gobierno para la protección de estos recursos debido a que actualmente todos los productores del chaco tienen una licencia ambiental del Instituto Forestal Nacional.
Con el propósito de paliar el flagelo planteó la necesidad “concentrar las actividades productivas en las superficies que ya existen y no ampliar la superficie del área cultivable”.
Asimismo pidió la consolidación “de políticas claras y el aumento de la productividad en zonas habilitadas para la producción sojera y ganadera” porque de lo contrario “sin fiscalización se cruzaría la frontera agropecuaria, lo que a la larga conduciría a la mayor deforestación y explotación de nuestros recursos naturales”.
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