Avicomar recibió el visto bueno de provincia y el municipio para seguir funcionando

Debido a reiteradas denuncias de vecinos, se hicieron varias inspecciones durante el año y la última fue en tono severo con varios pedidos por la proliferación de moscas. La empresa cumplió y sostiene que las denuncias en contra del lugar son malintencionadas.

La empresa Avicomar se instaló, con otro nombre, hace casi 70 años en el predio que actualmente ocupa, en Alberdi 1320 en San Vicente, en una zona que hasta hoy permanece poco poblada, con algunas casas con amplios terrenos y grandes extensiones de campo abierto lindantes. La actividad del lugar fue siempre la misma: el envasado y comercialización de huevos de gallina. Desde hace algunos años, y en particular en 2016, la empresa recibió sendas y sistemáticas acusaciones de infringir normas ambientales, de higiene y de seguridad, las cuales fueron desestimadas por los constantes informes de los organismos provinciales y municipales que tienen competencia en el área. Se los acusaba de manejo irresponsable de desechos, de generar malos olores y de no controlar focos de larvas de moscas que, atraídas por el guano de las gallinas, se reproducirían allí.
Una de las primeras denuncias que recibió la empresa Avicomar fue en 2012. Un vecino, Pablo Matayoshi, inició una causa contra la empresa que culminó en enero de 2016 con una multa de 10.000 pesos para la avícola. En la sentencia, firmada por el juez de paz Carlos Rodríguez, sostiene que Avicomar viola dos artículos de una ordenanza municipal del año 1981. Este fallo se dio antes de una instancia de conciliación a la que asistieron los representantes de la firma. “Había un expediente iniciado que el juez quería cerrarlo, entonces decidió ponernos una multa y armar una conciliación para que empecemos a llevarnos mejor. Nosotros fuimos, pero fue terrible”, informaron desde Avicomar.
Luego de la multa, se presentó en marzo un petitorio firmado por algunos vecinos de los alrededores, en apoyo al reclamo que ya había sido saldado por el juez de paz, donde, además, instaba a la empresa a reforzar los planes de fumigación, de prevención de desarrollo de larvas, de tratamiento de desechos. “Después de esa conciliación que fue un fracaso, porque no sirvió para nada, este vecino mandó mensajes diciendo que estaba cansado del olor a pluma quemada. Le explicamos que nosotros no quemamos las gallinas. Eso se tira en fosas que están impermeabilizadas, armadas con cantos de ladrillos, con tapa, donde se tiran las que van muriendo”, explicaron desde la empresa. En el plan de manejo de desechos, se detalla que las fosas donde se depositan las gallinas muertas se les tira cal viva para que no haya olor y se vayan descomponiendo. Una vez lleno, esos pozos se tapan con tierra y no se vuelven a abrir.
El 2016 fue un año particularmente complejo para la empresa ya que, debido a las insistentes denuncias, los inspectores de la provincia y del servicio de Bromatología
local visitaban de manera seguida el lugar y pedían, en general, reformas mínimas que en menos de 20 días se podían llevar a cabo, como mejora de los caminos internos, presentación de los papeles de fumigación, entre otras formalidades. Pero algo dejaban en claro: la actividad que se desarrolla en el lugar es foco de olores y atrae moscas. La tarea de prevención de la firma es evitar que esos olores se multipliquen por la excesiva acumulación de guano o un mal manejo y que las moscas se reproduzcan.
-¿En las observaciones que les hicieron, cumplen o no con las normas?
-Cumple todo. Tenemos acá las actas. No sé si todos tienen acceso pero están las actas de todos los organismos. Libretas sanitarias siempre al día. Viene una persona a indicarnos cómo se hace el trabajo, con qué productos fumigar, cómo hacerlo.
A principios de diciembre, el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia fue hasta la avícola a inspeccionarla nuevamente y advirtió una excesiva cantidad de moscas, la que se explicaba, según lo consignado en el documento de la revisión, por la combinación de altas temperaturas y humedad relativa. Para evitar posibles focos, le pidieron que retiraran el guano cada un mes, lo que habitualmente se hace cada 3, cumpliendo las normas previstas. El guano es transportado en un camión que pertenece a la empresa, el que fue habilitado por el Servicio Nacional de Salubridad y Calidad Agroalimentarial (Senasa). Además de eso, pidieron algunas reformas en el lugar, las que fueron cumplidas en su totalidad según el acta de la inspección realizada el pasado 28 de diciembre, en la cual participaron Asuntos Agrarios, el municipio de San Vicente, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) y Senasa.
Previo a este informe, circuló por Whatsapp un mensaje en el que se acusaba a la empresa de vender productos contaminados con el virus de salmonella tiphy e incluso se afirmaba en una resolución conjunta del Ministerio de Salud y de la Anmat (La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Consultados por este medio, desde la Anmat negaron que la resolución les perteneciera y aclararon que la inspección de avícolas es cuestión de Senasa. “Nosotros no emitimos ninguna resolución al respecto. El número de resolución corresponde a otra cosa, no tiene que ver con la avícola”, sostuvo Alejandro Litta, de la oficina de Prensa de Senasa. Y añadió que en el organismo fueron advertidos del mensaje falso que circuló y lo atribuyeron a la intención “de un particular de querer perjudicar a la empresa por algún motivo”.
“El vecino no se conforma con lo que dicen los organismos. Viene el inspector, ve la granja, la verifica, esta impecable, pasto corto, limpia, sin roedores, fumigación que se hace todos los días o día por medio. Cuando se saca el guano se hace todos los días. Cuando se remueve empiezan a surgir larvas, se fumiga más intensamente. No se conforman con eso. Ellos piensan que no tendría que haber ni una mosca. Hay mala fe de su parte”, concluyeron desde la firma.
Mariano Santos Chamale
[De nuestra edición impresa]

Un comentario sobre “Avicomar recibió el visto bueno de provincia y el municipio para seguir funcionando

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  1. Es increible como nos refriegan la corrupcion en nuestra cara. El barrio esta plagado de moscas (cosa que no sucederia si la empresa cumpliera con las normas de higiene). Lo que mas bronca e impotencia da es que el mismo municipio que tiene que proteger a los vecinos se ponga del lado de la empresa. A la gente que se tiene que ocupar de este problema les informo que no pasa por un capricho, esto es por la SALUD de los vecinos.

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