A través de las redes sociales cientos de vecinos de la localidad manifiestan su disconformidad. Según advierten la causa es la puesta en funcionamiento del frigorífico Santa Giulia, de ex Meatex y CEPA.
Una de las principales afectadas es la comunidad educativa de la escuela que está situada a una cuadra de la empresa.
La mayor preocupación radica en que el frigorífico aún no está trabajando al 100 por ciento. Por ende, la población teme que cuando lo haga sea imposible convivir con el olor.
Muchos ciudadanos valoran la fuente de trabajo que representa la firma para la zona pero exigen que se evalúe su impacto en el medio ambiente y la salud.
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