Deep web: el lado oscuro de internet

(De nuestra edición impresa)

Usamos internet diariamente, su uso cotidiano y su gran utilidad ha transformado al mundo. Cuando tenemos una duda, ya damos por sentado que Google nos la despejará. Es parte de nuestra vida y a pesar de que tiene desventajas, nos facilita la existencia. En su enormidad, internet nos ofrece millones de posibilidades para explorar y conocer, y que si se sabe aprovechar, resulta una gran herramienta.

La cantidad de datos e información que se encuentra alojada en la Web es inmensa. Dentro de esta inmensidad, existe una parte de Internet que no conocemos, y que forma casi el 96% de la totalidad de la web, solamente conocemos el 4% restante. Esta parte se le suele llamar la Deep Web, que se traduce literalmente como “la web profunda”. O, como muchos le dicen, “el lado oscuro de internet”. En esta sección, se encuentran todas las páginas que no están indexadas por los motores de búsquedas tradicionales y accesibles, es decir, lo que Google o Yahoo no alcanzan a mostrar, ya que tienen limitaciones.

Para empezar, vale hacer una introducción acerca de lo que es verdaderamente el internet. Internet es una red de redes que permite la interconexión descentralizada de computadoras a través de un conjunto de protocolos denominado TCP/IP. Uno de los servicios que más conocemos y utilizamos de Internet es la Web, un sistema de información que nos permite, básicamente, ingresar a fuentes de datos e información, alojadas en páginas o enlaces.

La Deep web funciona como la web normal, utiliza enlaces y dominios, pero con distintas denominaciones, la mayoría utilizando códigos alfanuméricos. No podemos ingresar a los sitios de la Deep web de forma normal, no son páginas de acceso común y corriente. Para esto se requiere un navegador especial, llamado Tor, que logra descifrar los enlaces, que están encriptados. Todas estas características permiten que cuando se ingresa a esta parte, se navegue sin dejar rastros, de forma anónima, como si sucede en la web superficial. Por esta razón, dentro de la Deep Web podemos encontrar un amplio mundo ilegal, donde hallamos venta de drogas y de armas, venta de órganos, pornografía infantil, hasta sicarios y hackers. Para poder acceder a estos sitios, se requiere un navegador especial, ya que estos no son iguales a los de la web superficial. Los dominios que

 

maneja esta parte de la Web, no son los que conocemos y usamos cotidianamente, como “.com” o “.net”, sino que utilizan “.onion” principalmente, aunque también existen otros, que van más profundo. Los enlaces también son diferentes, constan de 16 caracteres alfanuméricos que no poseen ninguna coherencia, es decir, están colocados al azar y de forma encriptada. Para poder conseguir estos links, existen páginas que intentan recopilar la mayor cantidad de los sitios que se llegan a conocer, y los clasifican en categorías. El sitio más conocido que realiza dicha función se llama “Hidden Wiki”, y es el más conocido por los usuarios, aunque existen otros más que tienen mayor contenido.

El anonimato que permite esta parte de la Web, facilita el desarrollo de sitios con contenidos ilegales, como se mencionó antes. Los más comunes suelen ser de venta de droga y armas, una suerte de “MercadoLibre”, donde se puede acceder a un catálogo e inspeccionar acerca de los elementos que hay disponibles. A través de estos mismos sitios, se pueden realizar la transacción, y una vez hecha, se acuerda la entrega con el vendedor. Con este mecanismo funcionan diversos comercios ilegales, como la venta de celulares robados, pasaportes y documentación falsa, y hasta alquiler de sicarios y hackers. Uno de los más conocidos era una página llamada Silk Road, pero su conocimiento masivo y su creciente popularidad, sumado a que era una página centralizada, terminó con el cierre de la misma por el FBI y con una condena de 30 años de prisión a su fundador. Hoy en día siguen existiendo portales como Silk Road, pero han aprendido la lección y logran sobrevivir sin ser encontrados. Leandro Falcón, profesor de periodismo digital de la escuela de periodismo TEA puso en contacto a los redactores de este trabajo con un experto en la Deep Web. Este prefirió reservar su nombre y la charla a la que accedió fue junto a los dos expertos por medio de un servicio de chat en la web profunda, XMPP donde cada uno tenía un alias: Juan y Roberto. En la conversación, el especialista Juan nos comentaba: “Ahora existen mercados descentralizados como OpenBazaar que son imposibles de desactivar como le pasó a Silk Road”.

Si bien se puede encontrar una gran cantidad de sitios como los que mencionamos anteriormente, existen muchísimos más, que contienen diferentes temas, algunos muy peculiares. Entre ellos, llaman la atención sitios que promocionan el comercio de marfil y diamantes provenientes de África. Las teorías conspirativas y supuestos secretos universales son sumamente comunes en la Deep Web, existiendo foros exclusivos sobre el tema, donde la gente expone sus conclusiones. Otras de las páginas que se pueden llegar a encontrar en grandes cantidades, son las que están destinadas al juego clandestino, una especie de casinos online con apuestas reales. La venta de tarjetas de crédito y billetes falsos también es moneda común en la web profunda. Vale aclarar que para poder lograr el acceso a estos sitios, la mayoría pide una registración y, en muchos casos, esta tiene que ser con invitación y recomendación. De lo contrario es imposible acceder al contenido. Así podemos ver la forma en la que los mismos usuarios regulan y protegen el sistema.

Todas las transacciones que se realizan en la Deep web, son hechas mediante el uso de una moneda virtual de curso legal, llamada Bitcoin. Esta moneda no está regida por ningún ente o banco, sino que su emisión se genera de forma colectiva en la red. Adquirir esta moneda es legal, y aunque existen otras monedas virtuales, el Bitcoin es la más popular. No hay dificultades para obtener esta moneda, y existen muchísimas páginas que realizan cambios. Actualmente un Bitcoin equivale a 749,57 dólares.

La parte más perversa y perturbadora que se puede encontrar en la web profunda, es la de aquellos sitios que se encargan de compartir videos e imágenes sobre pedofilia, zoofilia y hasta necrofilia. Existen una gran cantidad de páginas que realizan estas publicaciones, y aunque algunas funcionan como foros y son de acceso gratuito, hay otras que lucran con estas imágenes, y suelen vender grandes cantidades de estas. Si bien no conforma una gran parte del contenido de la Deep Web, el morbo y el “gore” se puede encontrar fácilmente y sin restricciones. En la web superficial no existen estos contenidos gracias al filtro restrictivos que imponen los navegadores.

Pero no todo es perversión, ilegalidad y morbo en la Deep Web. La mayoría de los sitios no suelen tener contenidos ilegales, y presentan elementos realmente útiles. Según el especialista Ezequiel Sallis, una empresa se encargó de tratar de mensurar el contenido de la Deep web y tomó como muestra representativa unos

30.000 sitios. De este sondeo, se permitió saber que el 52% de las páginas que habitan en la web profunda son legales y no infringen ninguna ley. En tanto que el 48% si ofrece contenido o servicios que son ilegales. Lo que se puede encontrar en aquello que si es legal, es muy vasto y variado. Existen foros y redes sociales que tratan temas de interés general, fomentando una interacción inclusiva y abierta. Los usuarios que utilizan estas redes acuden a ellas en busca de expresarse, aprender y buscar soluciones a sus problemas. La política y el activismo ocupan un lugar de gran importancia en la Deep web, existiendo una gran cantidad de contenido e información. Muchos partidos políticos y movimientos utilizan esta web para poder compartir sus ideas y pensamientos, y así atraer nuevas personas a su causa. También hay muchas páginas que ofrecen diferentes servicios de hosting, posicionamiento y diseño web.

Los que consumen Internet y conocen sobre el tema, pero no son expertos, la reputación de la web profunda es muy baja, asociada siempre con lo ilegal y lo perverso. El usuario promedio tiene la idea de que aquellos que usan la Deep web, son peligrosas o que tienden a consumir contenido ilegal. En este contexto cabe preguntarse por qué una persona normal, sin ánimos de consumir algo ilícito, entraría a la Deep web. “Creo que la pregunta podría hacerse a la inversa: ¿por qué una persona normal usaría una red vigilada cuando puede usar la Deep web?”, retrucó Falcón en la charla. La sensación de que estamos vigilados constantemente es verdad, según el especialista anónimo que accedió a la entrevista. “Absolutamente todo está controlado. Hasta aspectos que ni imaginas”, sostuvo Roberto. El seguimiento de nuestro accionar que tienen las grandes compañías no es un mito, y podemos darnos cuenta fácilmente. Si bien no hay un ente que tenga el poder y control absoluto sobre todo lo que pasa en Internet, hay grandes empresas como Google o Facebook que tienen el acceso a nuestra información. “La Internet nació como un sistema de conexión descentralizado y mundial, de ahí pasaron muchísimas cosas, no hay nadie que “controle la Internet así, tipo película de terror, pero hay cosas como Google que manejan muchísimo de lo que pasa”, concluyó.

El contenido ilegal pareciera florecer en un sistema donde se puede hacer y deshacer lo que se quiera, sin temores a dejar rastros, y sin ninguna clase de filtro. Pero esto no significa que el punto fuerte de la web profunda sea lo prohibido y lejos parece que su función principal sea la de contener e incentivar la perversión y lo ilícito. De hecho, lo prohibido no está reservado solamente para esta parte de internet. Bajar una película, un libro o una canción es ilegal y, sin embargo, lo hacemos cotidianamente sin ningún problema. La piratería está instalada totalmente en Internet, dejando en claro que no es exclusivo de la Deep web. Es probable que haya un mayor número de piratería en la Deep Web, pero no es su característica primordial.

La intención de la web profunda, y la razón por la cual es utilizada, parecería ser la posibilidad de navegar y comunicarnos de forma totalmente privada, sin el control de ningún medio o empresa. Podría pensarse incluso que la privacidad que otorga el anonimato permite que haya una mayor libertad de expresión. En nuestro país puede que no sea tan notorio, pero según nos aportó Sallis, en países como China o Siria el control sobre el internet es total, y en algunos casos puede llegar a costar la vida de las personas. El anonimato no tiene que ser asociado con una conducta maliciosa, sino que es un derecho que tiene que ser respetado. La reputación negativa que se ha creado en torno a la Deep web, se asemeja más a un intento de demonizar y restringir su uso. Si bien son verdad todos aquellos rumores acerca de los sitios que allí se encuentran, la web profunda no es más que una forma más para acceder al internet y a toda la información y datos que nos dispone. La forma en la que utilizamos este recurso recae en cada persona, y está en cada uno decidir para qué y cómo utilizar este recurso.

Tomás Pré

Ciro Fernández

Rodrigo Luiso Salvá

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